‘Changes’, que cantaba mi andrógino y añorado Bowie. El cambio ha definido mis últimas semanas. Cambio de rutina, de empresa, de ciudad, de café… ¡hasta de casa!
Cambios.
Hace unos días me sentaba en mi nueva mesa, con esa ilusión y también intensidad que presentan los grandes retos. Hoy parece que llevase tatuada la luz que entra por las ventanas de Ancera desde hace muchísimo más. “Y sin embargo”, que decía mi ronco Sabina, aún desayuno cada día tazas y tazones de normativa, legislación, estructura, asociacionismo… Me cuentan y pregunto. Pregunto y me cuentan. Tengo la suerte de estar más que bien acompañada.
Y los proyectos empiezan a coger forma. Y las propuestas se dibujan en castillos que ya no flotan en el aire. Y, de repente, me doy cuenta de que ahora juego en la Liga de primera. Y que, más que nunca, toca estar a la altura.
De estos primeros pasos, de este hacer camino, me quedo con la energía que mana del color naranja. Construir, pero construir bien, y progresar son los dos pilares sobre los que se cimenta este despacho de la señorial Príncipe de Vergara.
Y mientras os cuento esto, Madrid ya ha amanecido, mi café traza la mañana en posos y el estridente disparo de salida no da tregua. Hoy es un nuevo día y, no sé vosotros, pero yo, ¡yo voy a bebérmelo!
Buena actitud y un poco de ilusión, di que sí Paula.
Ya nos hace falta optimismo y energía para afrontar los nuevos retos y estos meses complicados.
¡Enhorabuena!
Vaya por delante que espero que te vaya bien en ese lugar que nos describes tan happy, tan naranja y tan luminoso. Una vez dicho esto, no te vendría mal un poco de sensibilidad y empatía con toda esa gente que está en ERTE, ERE o, directamente en el paro. Tú misma, hace muy pocos días habías sido despedida ¿no? (¿llevabas 7 años en la empresa?) y tienes muy cerquita el ejemplo de la “empleada histórica” que trabajaba en la mesa y con el ordenador que tú utilizas ahora, y a la que han despachado sin contemplaciones, tres indocumentados sin conciencia, tras 25 años ahí y con una edad muy complicada para su reinserción laboral. A lo mejor te importa un bledo cómo le va la vida a los demás, pero igual podrías probar a ponerte en el lugar de los que no tienen luz, café, reconocimiento, color naranja, etc. etc. y no derrochar tanta frivolidad. Lee los artículos de tu compañera de revista Oh, Carol.
Tienes la carrera de periodismo ¿no? Pues, ya que estás, mira lo de “mi” Bowie y “mi “Sabina”.
…Y es que el naranja tiene algo que engancha…
Estoy seguro de que hará un buen papel, como gran profesional que es.