Se acabó la Semana Santa y he vuelvo a coger la pluma y el papel: ¡qué bien que Autopos me da esta oportunidad de seguir cerquita de vosotros!
En estos días me he tomado vacaciones también, y han sido unos días preciosos, de parar, de familia y de conexión con uno mismo.
Salgo a caminar todos los días; vivo a las afueras de Madrid y, como en mi zona hay parajes preciosos, esta Semana Santa he dedicado muchas horas a hacer kilómetros, una media de 15/16 al día… No está nada mal, ¿verdad?: “mens sana in corpore sano”.
Otro de mis hobbies son las motos… Soy súper motera. Desde pequeñita en la familia ha habido muchísima afición, y hemos tenido la Cota 25, la Cota 49, la 75… Y los chicos después motos gordas (yo ahí de paquete). Ahora, de vez en cuando, vuelvo a mi niñez y me siento en una de ellas: ¡mola! Pues eso, que esta Semana Santa también les he dedicado mi tiempo. Está claro que mi afición por el motor empezó desde muy pequeñita… de ahí me debe venir mi pasión por este sector.
Pero centrándonos en lo nuestro (que sabéis que cuando me siento a escribiros me disperso), desde el lunes retomé mi trabajo de ‘en búsqueda de nuevos proyectos’, que llevo mes y medio sin trabajar oficialmente y estoy que me subo por las paredes.
Os puedo contar que el mercado se está moviendo más de lo esperado, y que aunque desafortunadamente para mí los proyectos van lentos, las empresas están buscando ‘experiencia’. He tenido en este mes cinco entrevistas y, aunque por el momento no hay nada cerrado, me hace mantenerme positiva con respecto a la mejora de la situación actual en nuestro sector.
Mi extensa experiencia en el mercado del aftermarket tanto en automoción como en vehículo industrial me dan un bagaje importante y la seguridad de estar en el momento idóneo de poder aportar grandes conocimientos a una buena compañía. Espero muy pronto daros buenas noticias; estoy segura de que lo celebraréis conmigo con mucho cariño.
¡Vamos a por ello!