El estudio muestra un ligero cambio de tendencia en su composición en 2011 debido a la práctica equiparación en precio del diésel y la gasolina a causa de la subida del petróleo. Las matriculaciones de vehículos diésel frenaron su crecimiento en el último año, con una representación del 70,3%, mientras que las de gasolina perdieron el punto porcentual que se adjudicaron, precisamente, las tecnologías híbridas más eficientes.
El Informe del Vehículo de Empresa (CVO) es una plataforma fundada en el año 2003 y lanzada en España en 2008 con el objetivo de servir de foro experto e internacional para el intercambio de información entre todos los profesionales de la gestión de flotas de vehículos (responsables de flotas, fabricantes, proveedores del sector…). “Las flotas de vehículos híbridos no solo suponen un considerable ahorro en el coste total de la propiedad de un vehículo, sino que proyectan una imagen de la compañía mucho más moderna y sensible con el medio ambiente, lo que también influye en ese creciente interés”, señala el director del CVO, Alejandro Madrigal.
Los híbridos, sobre todo para las flotas
El informe de Arval muestra cómo esta tendencia a la eficiencia es especialmente representativa en el parque de vehículos de empresa, donde en el último año la presencia de los híbridos creció más de tres puntos porcentuales, al pasar del 0,8% al 3,6% del total, ganando terreno a los coches de gasolina, que cayeron de un 14,4% a un 11,4% al cierre de 2011. Este crecimiento responde, principalmente, al impulso de las ayudas a este tipo de vehículos en colaboración con el IDAE y al ahorro de combustible que representa el uso de esta tecnología -hasta un 80% en ciudad y un 40% en carretera- en un capítulo tan gravoso para las flotas como es el carburante, que representa ya un tercio de la inversión total.
En el caso del eléctrico, barreras como la autonomía o la limitada oferta de modelos, hacen que su representación dentro del parque de vehículos corporativos se limite a un testimonial 0,1%, poniendo de manifiesto que las operaciones que se han registrado hasta la fecha son más una “prueba piloto” que una apuesta firme.