Mediante un comunicado de prensa, Faconauto ha querido comunicar que, a su juicio, el nuevo impuesto catalán contra emisiones de dióxido de carbono de vehículos que recoge el texto de la Ley 16/2017 del cambio climático, “no conseguirá los objetivos que persigue, ya que penaliza la posesión del coche, y no el uso, perjudicando especialmente a los catalanes que tengan coches más antiguos”, y que tendrá un efecto negativo para los conductores catalanes, que deberán pagar más que el resto de españoles por la posesión de su vehículo.
Asimismo, e incidiendo en los once años de edad media del parque automovilístico catalán: “el problema más grave para el medioambiente, así como para la seguridad vial”, Faconauto critica que la nueva medida recaudatoria no venga acompañada de presupuesto para poner en marcha un plan intensivo de renovación del parque en Cataluña ni para incentivar la adquisición de vehículos movidos con energías alternativas. Y además, asegura que un nuevo impuesto sobre el automóvil “puede ser un argumento más para que muchos catalanes decidan no cambiar de coche”, en un momento, dicen en el que el mercado está alcanzado un nivel óptimo.
Lamentándose por no haber sido tomada en cuenta para la elaboración de la Ley, Faconauto espera que sí se cuente con las patronales del automóvil a la hora de desarrollar el reglamento de la Ley en este punto.