Lo contaba Roberto Aldea, su hijo, y director general de la empresa más importante de España de distribución de filtros: “Era seguir viviendo muy limitado, sin poder seguir con la vida que a él le gustaba, o someterse a una operación de mucho riesgo para poder seguir siendo él. Y decidió operarse”. Ese era Vinde, un hombre intensamente vital, que hizo de su vida una enciclopedia de vivencias, desde que con 19 años llegó a Madrid con una maleta de madera atada con una cuerda.
Hombre entrañable, generoso, era más que una excelente persona, un ejemplo de vida, que fue capaz no solo de crear una gran empresa, manteniendo hasta el final el ímpetu y la ilusión de un principiante, sino que además supo educar a un hijo (tenía además otra hija) a su imagen y semejanza, capaz de seguir desarrollando la obra de su padre, para orgullo de este.
Descanse en paz Vinde. Un hombre ejemplar.
El amigo Vindemial nos ha dejado. Me faltan las palabras. Él siempre las tenía, para todo y para todos. Deja una gran huella en el sector. Mis condolencias a Roberto y familia.
Esta vez la “Parca” le ha dado un duro golpe al sector, con éll se lleva parte de la historia del mismo, seguía mes a mes sus artículos en la prensa especializada y siempre sacaba alguna lección de ellos. Mis condolencias para su familia, Dios lo tendrá en su gloria. A partir de ahora estaremos seguros que todo los que nos venga de arriba pasará por un buen filtro.