Para el especialista en aceites y aditivos, el año 2019 ha sido “el mejor de la historia de Liqui Moly beria”, destacando un crecimiento del 25% en la facturación, común a todas las líneas de productos. Asimismo, desde la empresa aseguran que a lo largo del año se han sentado las bases para garantizar un fuerte crecimiento también en 2020.
“Fue un año muy positivo para Liqui Moly Iberia, que mantuvo un crecimiento de dos dígitos que, en este caso, mostró la fortaleza de la marca en el mercado ibérico y la capacidad que tiene para crecer cada año. Esto también demuestra que es una buena apuesta para nuestros clientes y todos nuestros socios de negocio, destacando los excelentes resultados de los talleres que trabajan con nuestros productos”, señala Matthias Bleicher, director general de Liqui Moly Iberia.
Por su parte, de cara a 2020, Bleicher considera que “el camino continuará teniendo éxito, porque no hay un solo socio comercial que no pueda crecer con nuestra marca”. La fuerte apuesta por los aceites también es un objetivo para este año en el mercado ibérico.
Superadas las consecuencias del problema de cambio de software
Asimismo, según el especialista en aceites y aditivos, continúan creciendo a escala global: el ejercicio de 2019 se cerró con una cifra de ventas de 569 millones de euros, un 4% más que el año anterior. “Queda demostrado que, también en condiciones adversas, seguimos teniendo éxito”, resaltó el director gerente, Ernst Prost, en referencia a los problemas de hace un año provocados por el nuevo software.
De este modo, durante los primeros meses con el cambio de software se echaron a perder las cifras. No obstante, la compañía de origen alemán asegura que fue resolviendo los problemas con el software y comenzó su recuperación. De manera que al cerrar el año, en vez de estar en rojo, alcanzó los 569 millones de euros, récord en la cifra de ventas, lo que supone, según expresan desde Liqui Moly, que han duplicado sus ventas en la última década.
No obstante, el complicado arranque del año 2019 tuvo consecuencias en los beneficios. La pérdida de ventas, al igual que los gastos adicionales, para subsanar los problemas del software causaron estragos haciendo que se situaran por debajo del valor alcanzado en 2018. Por su parte, el margen de beneficios sigue siendo de dos dígitos: “La salud financiera de Liqui Moly es evidente, no tiene deudas y los fondos propios son superiores al 80%”, afirma Prost.
A su vez, en referencia al número de coparticipes -como se denomina a los trabajadores en la empresa-, este incrementó en 2019 de 849 a 933. Para Ernst Prost, no es contradictorio contratar más personal en tiempos difíciles, considera que “las crisis no se superan despidiendo a personas, sino contratando a personas que acaban solucionando el problema”.
Por su parte, Liqui Moly ha crecido más en la exportación que en Alemania, su mercado doméstico, donde la marca está bien afianzada desde hace décadas. “Desde hace ya mucho tiempo, vendemos más en los mercados internacionales que aquí en casa”, tal y como indica Ernst Prost. “El potencial de ventas es mucho mayor allí”. Desde la compañía señalan que los mercados más importantes son Rusia, Estados Unidos y China.
“Que sigamos creciendo a pesar de las dificultades, es una muestra de lo fuerte que es Liqui Moly”, concluye Ernst Prost.