El pasado sábado se hacían públicos los detalles del Real Decreto-ley 5/2021 de medidas extraordinarias de apoyo a la solvencia empresarial, en virtud del cual se movilizarán 11.000 millones de euros en ayudas a fondo perdido “para empresas viables que estén atravesando momentos complicados como consecuencia de la pandemia del Covid-19”. Ni los concesionarios, ni los talleres ni los distribuidores de recambios… No están entre los epígrafes que el Gobierno considera que deben recibir estas ayudas.
Ganvam, patronal que defiende los intereses de concesionarios y negocios de compraventa de vehículos, ha sido una de las primeras en expresar su malestar. Su presidente, Raúl Palacios, ha instado a la vicepresidenta tercera y ministra de Economía, Nadia Calviño, a incluir a los negocios del sector de la venta y reparación de automóviles dentro del plan de ayudas directas, con el objetivo de “dar oxígeno” a 42.000 pymes y 35.000 autónomos y que así puedan hacer frente a la crisis del coronavirus.
Poniendo más el foco en los concesionarios y compraventas, que son los negocios cuyos intereses defiende Ganvam, Palacios destaca que se trata de un “pilar económico estratégico” para la economía. Incluir al sector en estas ayudas supone, afirma, “salvaguardar el futuro de más de 350.000 puestos de trabajo directos”, puesto que, con una caída de las ventas de más del 30% y un retroceso de en torno a un 20% en la actividad de la reparación en el 2020 como consecuencia de la pandemia, “las pymes y autónomos de la distribución de vehículos se verán obligadas a redimensionar sus estructuras si no cuentan con el apoyo necesario”.
En este sentido, Ganvam recuerda que la actividad que desarrolla este sector en España representa cerca del 2% del PIB con una facturación anual de más de 91.700 millones de euros y una aportación de más de 18.600 millones de euros al año a las arcas del Estado, lo que supone un 7% de los ingresos tributarios totales y el 3% de los de la Seguridad Social.
Una situación en la que también se encuentra el sector independiente, talleres y recambistas, afectados desde hace meses por una pandemia que ha reducido de forma drástica, y en algunos casos dramática, los ingresos en sus negocios. Se trata de un nuevo desprecio a un sector que ya en anteriores ocasiones ha quedado fuera de las ayudas decretadas por el Gobierno -en marzo, por ejemplo, de la moratoria para el pago de las cotizaciones a la Seguridad Social-.
En palabras del presidente de Ganvam, “los negocios de la venta y reparación de automóviles soportamos unos costes fijos muy elevados que lógicamente con el parón de la actividad comercial es imposible de mantener. Confiamos en que el Gobierno apoye decididamente el sector para evitar debilitar los cimientos de la economía”.
Pues nada.. mas impagados sin red de seguridad