Disponible comercialmente desde hace 10 años (la primera, denominada DSG, la montó el Volkswagen Golf R32), la eficacia de este tipo de transmisión ha hecho que, además de las del Grupo Volkswagen (Audi, Seat, Skoda y la propia VW), numerosas marcas cuenten hoy en su oferta con un cambio similar. Así, el Powershift de Ford, el 7G-Tronic de Mercedes-Benz, el DKG de BMW, el PDK de Porsche o el DCS de Mitsubishi (y PSA Peugeot-Citroën) se caracterizan por funcionar como dos cajas de cambios integradas en un mismo alojamiento, y que alternan la transmisión de la fuerza del motor a las ruedas dependiendo de la marcha engranada.
Cuando una de ellas está en funcionamiento con su embrague correspondiente, la otra está ya preparada para cuando se vaya a realizar el cambio de velocidad. De esta manera, el salto entre marchas, realizado por un dispositivo “mecatrónico”, es casi imperceptible.
Iada ha diseñado el nuevo fluido ATF DCT para ofrecer una alta resistencia a la fricción, lo que redunda en un funcionamiento suave, más durabilidad de transmisión y menor vibración. El fabricante ha trabajado, asimismo, para asegurar que su alto índice de viscosidad se mantenga estable en servicio, incluso en frío, así como una alta protección a altas temperaturas.