Al ser descubiertos los equipos, la Guardia Civil ha sospechado que podría tratarse de productos falsificados. Los agentes se pusieron en contacto con CAPA (Comisión Antipiratería del Automóvil), facilitando a la entidad fotografías del material retenido de manera provisional. Una vez confirmada que se trataba de material pirata, CAPA pudo obtener los datos del responsable de la importación para formular la pertinente denuncia.
Los treinta equipos han quedado por tanto retenidos en la Aduana, puestos ya a disposición judicial. Muy pronto, un juzgado de instrucción de Alicante actuará incoando las correspondientes diligencias previas e investigando los hechos para, en su caso, depurar las responsabilidades penales que procedan contra los responsables de la importación.
El hecho de que la propia Guarda Civil haya sido la que haya alertado a CAPA, conscientes de que podría tratarse de productos pirata, “demuestra”, según explica la propia comisión, “que día a día las Fuerzas y Cuerpos de Seguridad del Estado están más familiarizadas con este tipo de productos”. De este modo, mejora de manera significativa la efectividad en la lucha contra la piratería en nuestro sector.