Y es que según un estudio realizado por Michelin, de entre todas las vías por las que el cliente se informa antes de adquirir neumáticos, la visita al punto de venta se encuentra en primer lugar, superando el 50% (la navegación por las páginas web de distribuidores especializados ya está en segundo lugar, superando el 40%). Por otra parte, entre las principales expectativas de los consumidores a la hora de elegir un neumático se encuentran la versatilidad, la seguridad o el ahorro de carburante.
Los motivos de insatisfacción tras su consumo, suelen ser la escasa duración y fiabilidad del neumático. “La seguridad es una preocupación prioritaria para Michelin, que colabora estrechamente con organizaciones mundiales de seguridad vial y organismos como la DGT. Además, Michelin también es sensible con el medio ambiente: ha desarrollado neumáticos con escasa resistencia a la rodadura, lo que permite ahorrar 15 millones de litros de carburante y reduce las emisiones en más de 38 toneladas”, explica Lamotte.
Michelin considera un gran avance la introducción de la nueva etiqueta europea y todos los neumáticos que fabrique a partir del mes de julio ya estarán adaptados a la nueva normativa: “Es una iniciativa que hace avanzar el mercado en la buena dirección, dando al consumidor claves para comprender el impacto real de los neumáticos para él y para el entorno”.
La normativa, en detalle
“El nuevo etiquetado, cuyo objetivo es permitir al consumidor identificar de forma rápida y sencilla la eficiencia energética del producto, calificará algunas de las propiedades más importantes a la hora de elegir un neumático: el consumo de carburante, indicando la resistencia a la rodadura; la seguridad, haciendo referencia a la distancia de frenado del neumático en suelo mojado; y el confort acústico, indicando la medida del ruido exterior de rodadura”, señala Hugo Ureta, jefe de comunicación técnica de Michelin.
En los turismos, el consumo de carburante vendrá reflejado en la etiqueta mediante una escala que oscilará entre la A y la G, siendo la primera la que mejor coeficiente de resistencia a la rodadura ofrece, con una diferencia de consumo de 0,5 litros de combustible a los 100 kilómetros entre ambas calificaciones. También hay que tener en cuenta que la letra D no se contempla en esta escala como valor aplicable, algo que según la interpretación de Hugo Ureta “supondrá una barrera que permitirá diferenciar mejor entre los buenos y los malos neumáticos”.
La seguridad, en el caso de las etiquetas para los turismos, se establecerá también con un baremo que oscila entre las letras A y G, siendo de nuevo la primera de ellas la mejor de las calificaciones. En este caso, las letras que no se tendrán en cuenta a la hora de calificar la seguridad de los neumáticos serán la D y la G. En la etiqueta, el ruido exterior de rodadura se expresará decibelios y podrá evaluarse conforme a tres calificaciones, de menor a mayor ruido exterior.
Otro de los aspectos a tener en cuenta será responsabilidad de los fabricantes, o en su caso de los importadores de los neumáticos, que deberán dotarlos de una etiqueta visible en la banda de rodadura y en toda documentación técnica y promocional, incluyendo la que se muestre en internet. Pero, según apunta Ureta, cuando en el punto de venta los neumáticos no sean visibles para el consumidor final la información deberá ser reflejada de otro modo. Además, los distribuidores deben incorporar todos estos datos que refleja la etiqueta en la factura o el documento que la acompaña. En el caso de los constructores y, siempre que sea posible que el consumidor elija el montaje de uno u otro neumático, deberán exponer al cliente la información que contenga la etiqueta para cada uno de los neumáticos ofrecidos.