El sector del automóvil lleva años pidiendo neutralidad tecnológica -todas las asociaciones exigen la prohibición de las emisiones, no de tecnologías concretas- y hoy ha encontrado un aliado en el director general de Tráfico. Pere Navarro ha aprovechado su intervención en el II Observatorio del Vehículo Industrial de Faconauto para pedir medidas que ayuden a rejuvenecer el parque, incluyendo en la ecuación a los vehículos diésel Euro 6.
“Estamos muy contentos de achatarrar 900.000 vehículos al año, pero también es verdad que estamos trayendo vehículos usados de Europa, cada vez más, con el consiguiente impacto en el parque”. Un parque que ya supera los 13 años de antigüedad media y que amenaza con seguir aumentando de la mano de los vehículos más antiguos.
Navarro no escondía su preocupación: “El 70% del parque tiene más de siete años, es decir, es anterior a 2015, que es cuando entró en vigor la Euro 6, y sólo un 30% tiene menos de esta edad”. Para el director general de Tráfico, un objetivo “posible y realizable” sería darle la vuelta a la tortilla para que sólo el 30% del parque supere esa barrera de los siete años, lo que en la práctica supone seguir apostando por el diésel: “No es asumible en muchos casos el gasto en un coche eléctrico, pero hay vehículos seminuevos Euro 6 en muy buen estado que podrían atender esta renovación”.
“No impongamos”
Una opinión que choca frontalmente con la política de imposición tecnológica asumida por Bruselas y el Gobierno español: “No impongamos soluciones. Apoyemos la libertad del consumidor para elegir la tecnología que mejor se adapte a sus posibilidades y sus necesidades”.
Y criticaba la decisión de las administraciones de empujar a la industria y a los consumidores hacia el coche eléctrico sin haber realizado previamente la labor necesaria de expansión de la infraestructura de recarga: “Cuando empezamos a poner carriles bici la gente nos decía que estábamos locos porque no había bicicletas por las ciudades, pero el hecho de invertir en infraestructura hizo que posteriormente llegaran estos ciclistas. Hay un orden lógico que debe preservarse”.
Pere Navarro, además, mostraba su escepticismo acerca del desarrollo de la infraestructura de recarga en las ciudades: “Las aceras son para los peatones. Yo no me imagino las calles llenas de postes de carga. Y la gente mayor no quiere obstáculos en la acera y también vota, y los electores marcan la agenda política”.