La nueva movilidad, la llegada del coche conectado y autónomo, el auge de los vehículos eléctricos, el impulso de los automóviles compartidos… El sector de la automoción está cambiando a un ritmo vertiginoso y este cambio puede transformar la industria y el uso de los vehículos como los entendemos hoy.
El coche del futuro se acerca…
Dentro de este marco, la consultora PwC (PriceWaterhouseCoopers) ha publicado un informe que describe cinco tendencias que determinarán la reestructuración del sector de la automoción en un futuro cercano y las características de la movilidad.
-Electrificación. Tendencia clave, según el documento, en la transición a la movilidad libre de emisiones. En general, existe una iniciativa global con el fin de producir vehículos que no contaminen y que permitan cargar sus baterías a partir de recursos energéticos renovables para asegurar una movilidad neutra en generación de dióxido de carbono (CO2).
-Vehículos autónomos. Inteligencia artificial, aprendizaje de máquinas y redes neuronales son áreas en las que, según el informe, se está avanzando rápidamente. Señala que estos avances pueden hacer posible el alcanzar la utopía que supone hoy en día la llegada real del vehículo autónomo, que no requiera intervención humana para su manejo, incluso en situaciones complejas de tráfico.
-Automóviles compartidos. Servicios de carsharing como Zity, Car2Go, Emov o WiBLE cada vez son más populares en grandes ciudades como Madrid. El concepto de coche compartido, según el informe, será cada vez más viable económicamente hablando y se ampliará con la llegada real de los vehículos autónomos. También, asegura que los usuarios llegarán a una situación en la que no les hará falta buscar un coche compartido cerca de su zona, sino que será posible pedir uno bajo demanda que acuda a su encuentro.
-Conectividad. Según el documento publicado por PwC, el hecho de que el vehículo esté conectado al entorno exterior a través de tecnologías de información y comunicación es una tendencia clave en el futuro del sector de la automoción. El coche conectado implica la conexión no sólo con otros vehículos sino también la posibilidad de conectar con las infraestructuras de transporte –como las señales de tráfico o las autopistas, por ejemplo- así como la conectividad de los ocupantes del automóvil con el mundo exterior.
-Actualización frecuente. Esta quinta tendencia va unida a las cuatro anteriores y, así, el desarrollo de todas ellas y los avances tecnológicos permitirán que los ciclos de renovación de los automóviles se reduzcan, pasando de los cinco a los ocho años actuales a la sustitución total o parcial anual para integrar las últimas novedades en cuanto a sus componentes y sistemas inteligentes, según recoge el informe.
Conducción más segura y barata, según las previsiones
Por otro lado, desde el punto de vista del consumidor, las previsiones mostradas en el informe estiman que la conducción será mucho más fácil, segura, barata y confortable. Asimismo, la revolución de la movilidad individual obligará al sector a reinventarse hasta cierto punto. La oferta de modelos de vehículos y las estrategias de venta –las cuales determinan la actual cadena de valor en el sector- deberán redefinirse.
Así, poniendo la vista en el horizonte de estas tendencias, la industria de la automoción se verá afectada por los cambios en los hábitos de movilidad, entre otros factores. Se prevé que para el año 2030, más de uno de cada tres kilómetros rodados impliquen la utilización de alguna clase de concepto compartido.
Además, se estima que en Europa se pase de 280 a 200 millones de vehículos en 2030, reduciendo así el parque de automóviles, aunque se prevé que las nuevas facilidades para la conducción permitirán que cada vez más personas utilicen el coche.
Por último, según el documento publicado por la consultora PwC, los fabricantes redistribuirán sus inversiones hacia actividades de I+D en áreas como software y servicio al cliente, además de invertir menos en las líneas de producción y más en innovación con el fin de mejorar los productos y su funcionalidad para los clientes. Por tanto, para poder incorporar estas tendencias, tanto fabricantes como distribuidores de automóviles deberán cambiar sus modelos de negocio. Así, la cadena de valor se extenderá más allá de la producción y venta –se expandirá a todas las etapas del ciclo de vida de los vehículos, incluyendo su eventual reciclaje-. El contacto y la interacción con el cliente y los usuarios serán esenciales para comprender sus preferencias.