La caída en las ventas de los vehículos diésel y el nuevo protocolo para medir las emisiones han sido los principales causantes de que el impuesto de matriculación recaudara 513 millones de euros durante el 2018, un incremento del 31,6% con respecto al años anterior (120 millones de euros más, según datos de la Agencia Tributaria).
Así, según las conclusiones del análisis realizado por el comparador de coches Rastreator.com, este aumento, que no se ha vuelto a producir desde 2011, se ha visto favorecido por estos dos factores.
Las ventas de vehículos propulsados por diésel han caído en los últimos años. Sin embargo, por primera vez en 20 años, las matriculaciones de los vehículos propulsados por gasolina superaron a las del diésel.
La consecuencia principal de esta situación ha sido el incremento de las emisiones de CO2 (dióxido de carbono) por vehículo y, por ende, que el impuesto de matriculación registre cifras ‘récord’. Así, durante el año pasado, la cuota media de esta tasa por cada vehículo matriculado aumentó un 22%, hasta los 377 euros por coche, según informa la patronal de concesionarios Faconauto.
“Las medidas medioambientales que registren el acceso a las ciudades, unidas a la subida de impuestos y el aumento del precio del gasoil, han provocado que el descenso en las ventas del diésel sea en 2018 mucho más brusco que en años anteriores”, sentencia el responsable de Rastreator.com, Borja Polo. Y añade: “El efecto lógico ha sido el incremento en las ventas de los vehículos de gasolina y, por tanto, que un mayor número de vehículos estén obligados a pagar el impuesto de matriculación, ya que superan el nivel mínimo de emisión de CO2, fijado en 120 gramos por kilómetro recorrido”.