Mi Gran Noche

“Qué pasará, qué misterio habrá, puede ser mi gran noche”… decía la canción de Raphael cantada por Nacho Lozano con 15 voces distintas durante ‘La Noche de la Posventa. Primera Edición de los Premios Trócola”. Y sin duda lo fue.

Lo habíamos preparado durante meses con mucha ilusión, disfrutando como un niño durante todo el proceso de creación… y salió como había soñado.

Solo queríamos hacer algo de lo que poder sentirnos orgullosos como sector. Y por lo que decían muchísimos mensajes recibidos al terminar la Gala lo habíamos conseguido: “Estoy seguro de que conseguisteis que todos los que estuvimos allí nos volviésemos a casa con un sentimiento de orgullo de pertenencia mucho mayor del que teníamos. ¡Gracias!”, decía uno de ellos. “Cuando de manera inesperada te encuentras la noche del 19 en una gala, con gentes extraordinarias, orgullosas de pertenecer a un colectivo empresarial con grandes fortalezas, en un ambiente elegante, alegre y de ilusión, la verdad es que fue como un complejo vitamínico suministrado por vía intravenosa”, nos escribía otro. Y así decenas de felicitaciones. Como esta: “El poder de convocatoria, el ambiente, la importancia que se dio a la posventa como comunidad, la implicación de todos los asistentes… suponen sin duda un antes y un después en nuestro sector.  La gente en la salida y en el hotel estaba exultante, y no era para menos. Nuestra más sincera enhorabuena”.

Con mi discurso de apertura de la Gala quise transmitir ese orgullo que siento por ser periodista de la posventa del automóvil, y decía que “yo no sé trabajar sin sentir pasión por mi trabajo, y para sentirla necesitas sentirte orgulloso de lo que haces y también de hacerlo para quien lo haces. Por eso siempre mi empeño es hacer cosas que contribuyan a sentir orgullo de pertenencia. A nosotros y a todos los que formamos parte de este sector. Porque cuando me preguntan fuera que a qué me dedico me gusta poder presumir de lo que hago, de cómo lo hacemos y del sector al que se lo dedicamos”. Y los que estaban allí así lo entendieron. También hubo quienes no quisieron estar, qué le vamos a hacer, porque bien lo único que les importa son sus intereses, qué porras, o son tan mediocres que parecen personajes de Ibáñez en su 13 Rue del Percebe. Ellos se lo pierden, ellos se marginan, así que hasta luego Lucas.

Yo me quedo con todo ese sector al que sólo puedo agradecer. A los patrocinadores de la Gala; a nuestros MVP (Más Valiosos Partners); a quienes sin serlo quisieron compartir con nosotros tamaña noche; a esos agentes comerciales impecablemente vestidos que le dieron tanto lustre; a los gerentes de los grupos que movieron a los suyos para que no se lo perdieran (José Luis Bravo, Manuel Alcalde, Fernando Riesco, Lluís Tarrés, ese Enrique Junquera al que tanto quiero… y por supuesto la inestimable colaboración de Joan Reixach, de AD); a todos los recambistas que vinieron desde todos los puntos de España (hasta, como Adalberto Dorta, desde Canarias); a los presis de Ancera y Conepa, Miguel Ángel Cuerno y Ramón Marcos; a la presidenta de Sernauto, María Helena Antolín, y a su director general José Portilla (¡cómo han cambiado las cosas en la patronal de los fabricantes de los componentes!); y especialmente a mi equipo, con mención de honor a Yolanda Jareño, que tanto me ha ayudado en la realización de la Gala; a mi Patri, Patrícia Moreno, de Ewentia, siempre dándolo todo para que todo estuviera perfectamente organizado; a Nacho Lozano, el artista, por todo lo que nos ha dado; a Miguel Ángel Pérez Carrión, nuestro doblador de voces, que lo bordó; a Víctor Manuel Delgado, escultor de los premios y a su encantadora mujer Marta Vallejo, que tan pendiente estuvo de nosotros; a Ricardo Peris, Manuel León (Manolito) y Eloy del Olmo, por exponerse al público; a quienes compartieron tareas de presentación: mis compañeros María Ruiz, Carlos Pozo y Esther G. Del Río; David Moneo, director de Motortec, o mis partners portugueses Joao Vieira y Mario Carmo… Y cómo no a esos cinco magníficos integrantes de The Trockola Band: nuestro Piero Schiavo, Roberto Aldea, Miguel Pérez, David Bassas y Joan Alcaraz, que, “con tres ensayos y un par de huevos”, demostraron lo buenos que son hagan lo que hagan.

Y como diría aquél, enhorabuena a los premiados.

En fin, una gran noche que quedará para la historia de este nuestro sector, al que tan agradecido estoy y del que tan orgulloso me siento.