Ernst Prost, director gerente del especialista alemán en aceites de motor y aditivos, está haciendo todo lo posible por contribuir a que la crisis del coronavirus se haga más llevadera para sus empleados. Y como muestra, un botón: no ha dejado de enviarles cartas en las que les muestra su apoyo y su incondicionalidad, y en las que también les anima a pasar esta travesía con una actitud optimista.
Primero anunció que no habría despidos pero sí el pago de una prima por ‘trabajo penoso’ de 1000 euros para todos y cada uno de ellos, incluyendo a los temporales. Posteriormente comunicó que la incrementaría con 500 euros más. Después renunció a su sueldo para ayudar a mantener puestos de trabajo. Y ahora… Ahora se ha embarcado en la labor de mandar misivas de apoyo a sus ‘copartícipes’, para levantar su ánimo en estos duros tiempos que corren.
Así decía en la primera de ellas: “Todos tenemos miedo. Miedo a la pérdida, miedo a las relaciones, miedo al fracaso, miedo a la muerte”, asegura.
Y continua: “¿Saben cuál es mi miedo en estos momentos? Esa cacofonía, esa confusión, que llega a los desconcertados oídos de los ciudadanos. Mientras que un experto o un político nos advierte de que no podemos caer en la complacencia, otro nos dice que tenemos motivos para ver la luz al final del túnel. Uno dice ‘así’ y el otro ‘asá’. Mascarillas, ¿sí o no? O a lo mejor…”.
Ernst Prost ve el vaso medio lleno. Y ánima a sus empleados a que también lo vean así para “superar la pandemia del coronavirus con un discurso claro, trabajando mucho y con creatividad”.
Después de una larga reflexión, concluye: “Nadie quiere crear confusión, pero eso es precisamente lo que está ocurriendo. No digo que se mienta descaradamente, algunas declaraciones nacen de la pura desesperación (o esperanza) y más de una revela una relación ciertamente enfermiza con los hechos y la verdad. La confianza se genera de otra manera. Ahora bien, si lo que quieren es meter miedo…¡NOSOTROS nos mantenemos esperanzados, optimistas, libres de temores y constructivos!”.
En definitiva, Ernst Prost intenta ver el vaso medio lleno. Y ánima a sus empleados a que también lo vean así para “superar la pandemia del coronavirus con un discurso claro, trabajando mucho y con creatividad”.
