Después de dos años celebrándose en la localidad de La Carlota, Peña Profesional volvía a Córdoba entre los pasados días 30 de marzo y 1 de abril. Era el momento perfecto, ahora que el distribuidor había reconvertido unas instalaciones, que en tiempos servían como almacén para V.I. y maquinaria, en algo así como un centro de exposiciones al que han llamado Fórum.
Una vía más de negocio que decidieron presentar durante la mañana del primer día de muestra (el jueves 30 de marzo) a organizadores de eventos y empresarios cordobeses. Por la tarde llegaron sus cien talleres VIP, que apenas lograron animar los pasillos de una feria que mantuvo muy poco ambiente durante aquella primera jornada que concluyó, ya por la noche, con la tradicional cena de gala y la entrega de su ‘Cervatillo del Recambio’, con el que en esta ocasión reconocieron a TRW como mejor proveedor del año.
El escaso ambiente de aquel primer día no sorprendió a nadie. No era el señalado para que los pasillos anduvieran abarrotados. Aun así, al haber cursado cerca de 5.000 invitaciones a talleres clientes, era de esperar que durante los siguientes días el ambiente fuera diferente. Del primer al último miembro de su equipo estaba orgulloso con el trabajo realizado; habían hecho lo posible por hacer que de nuevo Peña Profesional se convirtiera en todo un éxito.
Y empieza el baile
El viernes inició tranquilo hasta la mitad de la tarde, cuando los once autobuses fletados por el distribuidor fueron llegando provenientes de toda Andalucía, Ciudad Real y Zafra (Badajoz), llevando hasta la muestra las 600 personas que esperaban recibir durante aquella segunda jornada.
El sábado era el día esperado y no defraudó. Desde primera hora el ambiente fue impresionante. No es de extrañar que sólo el sábado supusiera cerca del 90% del total de las ventas que la organización estimó antes de empezar en 632.500 euros (+15% respecto a 2015).
El marcado carácter comercial de la muestra hizo que el distribuidor se afanara en facilitar la petición de presupuestos a sus clientes. Para ello, dispusieron diversos puntos donde los mismos talleres pudieron realizar consultas con la ayuda de los miembros de su equipo comercial. Unas mesas situadas en el centro de la feria servían para cerrar las operaciones.
Ejemplo de poderío
Más allá del escaso ambiente vivido durante el jueves y la mañana del viernes, o de la falta de espacio de unas instalaciones que por momentos parecían haber quedado algo sobrepasadas (2.000 metros frente a los 4.500 del Centro de Exposiciones de La Carlota, donde habían tenido lugar las dos últimas ediciones), la feria de Peña es toda una muestra de poderío.
Y lo es por el apoyo de sus proveedores, que en esta edición fueron más que en 2015; por el evidente interés que la feria despierta entre los talleres, por el imponente poder de convocatoria del que hacen gala (han alcanzado los 4.750 visitantes, que llegaron desde lugares como Antequera, Ciudad Real, Jerez, Linares, Algeciras, Morón, Málaga, Manzanares y Granada) y por el potencial de negocio que concentran en apenas tres días. No es de extrañar que otros socios de Groupauto Unión Ibérica (Voltamper, por ejemplo) se hayan dejado caer por la feria en esta edición para ver con sus propios ojos lo que supone y lo que aporta la organización de un evento como este.
