“Estos datos ponen de manifiesto dos cosas. La primera es que tenemos muchas posibilidades de negocio con aquellos que dicen ‘sí’ y la segunda es que las redes tienen aún mucho margen de mejora en cuanto a su posicionamiento y su imagen de marca”, explica Enrique Gómez, director de la empresa The Hub Automotive Insights, especializada en estudios de mercado sobre el sector de automoción.
El grado de notoriedad de las redes entre los talleres que aún no tienen ningún abanderamiento es, según Gómez, “bastante mejorable”: “Esperábamos que hubiese mayor conocimiento de las redes por parte de los talleres, pero no parece que sean muy conocidas por los profesionales que hemos entrevistado”. El 28% de los talleres analizados no conoce ninguna red, si bien, las redes de talleres tuteladas por grupos de distribución son más conocidas que las que pertenecen a fabricantes de componentes: un 25% frente a un 11%.
Según el estudio, el perfil del taller que aún no está abanderado es el de reparación general con tres o menos trabajadores, con una superficie de entre 250 y 500 metros cuadrados y con 10 órdenes de reparación realizadas a una semana de la entrevista con el cliente.
El trabajo analiza también las ventajas que, según los talleres encuestados, puede aportar a un taller pertenecer a una red: “Aumentar las órdenes de reparación, disponer de asistencia técnica y la formación continua son los aspectos de diferenciación que, según los talleres, pueden aportarles el hecho de pertenecer a una red. Siendo la calidad, la formación, el valor y la notoriedad de la marca los aspectos más valorados por los profesionales entrevistados”, explica Gómez. Y añade: “No tiene importancia que un taller pertenezca o no a una red. Lo realmente importante es que una red de talleres sepa otorgar a un taller un gran valor de confianza de cara al cliente, porque los conductores eligen un taller por la confianza; por encima del precio u otros factores”.
Son muchos los motivos por los que los talleres estarían dispuestos o no a pertenecer a una red. Los que decían que no, lo hacían en su mayoría por miedo a las exigencias de la red, además de creer en su mayoría que no les aportarían mejoras sustanciales. Los que sí, prefieren adherirse a una red de un grupo de distribución por encima de las redes tuteladas por fabricantes y agentes oficiales, si bien creen que sería beneficioso para su negocio pertenecer a una red porque podría otorgarles, formación, notoriedad y un aumento en las órdenes de reparación.