Primero pudimos contactar con Otero: “Se han estado diciendo muchas cosas con muy poco fundamento.Vale, Gaudí ha dejado el grupo, pero ya está. Otras salidas de socios nos dejaron en peor situación y aquí estamos. Y si hemos estado ausentes es porque el traslado de la central del grupo y su almacén de Bilbao a Madrid en diciembre de 2010 nos provocó muchos problemas de gestión interna, cierto caos de funcionamiento”.
“Tuvimos que empezar de cero con el personal -continúa-, con la contabilidad, con la logística… No se planificó bien y nos ha pasado factura. Y durante un año nos hemos tenido que centrar en organizar la casa. Pero ahora ya estamos mejor organizados y en nuestro grupo no existe mayor incertidumbre que la que pueda haber en el resto de la distribución. Seguimos teniendo interés en desarrollarnos y tenemos planes para fortalecer el grupo”.
Ibáñez: “Estamos obligados a realizar movimientos que nos den credibilidad”
A José Miguel Ibáñez, por su parte, se le nota que hubiera querido hablar antes, aunque no lo exprese: “Otros socios se han marchado y no se ha armado este revuelo. Y es que Antonio (Tejada, de Gaudí) empezó a sembrar dudas hablando antes de tiempo, y eso ha perjudicado al grupo, disparando todo tipo de rumores. Y me ha sorprendido la facilidad con la que el mercado los propaga: esa cara de nuestro sector no la había sufrido todavía. Y es cruel”.
Para Ibáñez la situación no es sencilla, pero tampoco arroja la toalla, ni mucho menos: “Aportar nuevos integrantes es muy complicado, pero están pasando muchas cosas en la distribución y estaremos atentos para aprovechar cualquier oportunidad que pueda aparecer. Sin perder de vista el horizonte pero sin tardar mucho estamos obligados a realizar movimientos que nos den credibilidad como grupo, solvencia, futuro. No podemos relajarnos, y quizá tengamos que acelerar planes que pensábamos que serían a dos o tres años”.
“Y nuestra alianza con Agerauto dentro de AIR es probable que tenga que empezar a dar mayores frutos. O tal vez haya llegado el momento de abrir la puerta también a otras opciones, descartadas en su día pero que ahora puede que tengan sentido, como el desarrollo de un grupo de dos velocidades, incorporando tiendas asociadas de menor facturación que sumen cifra”. La evidencia se abre paso: “Sí, dentro del grupo existe la inquietud de que tenemos que hacer algo”, reconoce el gerente de Gecorusa.
El que este libre de pecado que tire la primera piedra.
La mayoría de las veces, cuando las cosas se dicen es por algo.
La verdad es que el sector ha demostrado lo cruel que puede llegar a ser en demasiadas ocasiones. Antes de difundir cualquier rumor debería imaginarse cada uno que fuera él el afectado. Pero claro, piensan que a ellos nunca les va a tocar.