Repuestos Plasencia es socio del grupo Serca desde 1998. Pero su historia empieza dieciocho años antes, en 1980, cuando Agapito Díaz (67) la funda junto a un socio, después de cuatro años como empleado en otra tienda de recambios y siete más “en la Seat”. Tenía, a pesar de la experiencia ya acumulada, apenas 26 años. Desde entonces, la de Repuestos Plasencia es una historia de crecimiento consolidado de una empresa familiar que tiene ahora como responsables a Juan José ‘Pepe’ Mateos (39) y a su mujer Esmeralda Díaz (36, al frente de Recursos Humanos y Administración), yerno e hija del fundador, que la han llevado a ser ejemplo dentro de su grupo de compromiso, dinamismo y buen hacer.
Aquella primera tienda tenía 143 metros y cuatro empleados. Hoy Repuestos Plasencia suma 21 empleados y 1.500 metros de nave, en el que es su punto de venta, más dos almacenes cerrados al público de 750 y 210 metros. Con una facturación de más de dos millones y medio de euros, da servicio a los talleres del norte de la provincia de Cáceres, para los que es recambista de referencia: “En nuestra zona somos los mejor considerados y los que más servicio damos”.
Y entre el ayer y el hoy, siempre presente, Agapito Díaz, que fundara la empresa en 1980 y que a ella sigue acudiendo cada día. Y a su lado, su mujer, Mari Carmen Martín: “Siempre me ha acompañado y apoyado. Y aunque no trabaje físicamente en el negocio siempre está ahí, dispuesta a echarnos una mano, a ayudarnos cuando lo necesitamos”.
Y también entre el ayer y el hoy, tres momentos clave que han determinado su trayectoria: la entrada en Serca en 1998, el traslado a las instalaciones actuales en 1999 (antes, en 1992 hubo un paso intermedio, cuando se marcharon a un local de 500 metros) y la incorporación a la empresa de su yerno y su hija en 2012, especialmente a partir de ir asumiendo mayores responsabilidades.
La figura de Carmelo Pinto
Pero vayamos por partes. Lo primero, la entrada en Serca, contada por el propio Agapito Díaz: “Para un negocio como el nuestro, por nuestro tamaño y dónde estamos, estar en un grupo era muy importante. Por la relación con los proveedores, la información y el contacto con otros recambistas similares. De hecho, si no hubiera sido por Serca hubiéramos ido perdiendo comba. Nos aportó nuevos productos, buenas condiciones de compra, formación, soporte informático… hemos tenido un gran respaldo con ellos”. Y no se olvida, ahora que se ha jubilado, de quien fuera su gerente, Carmelo Pinto: “Una persona entrañable, que ha luchado muchísimo por el grupo y que siempre ha estado ahí cuando hemos necesitado algo. Siempre nos atendió muy bien y rara era la semana que no te llamaba para contarte, para preguntar, para darte información… Sin duda ha sido una persona clave en nuestra historia”.
Una relación con el grupo que sigue dando sus frutos, como señala quien tiene ahora la relación más directa con la actual dirección, Pepe Mateos: “Estamos en un grupo que destaca por su capacidad de innovación, tecnológicamente marca la diferencia. Ha cambiado su dinámica con el actual equipo directivo y está demostrando una gran capacidad para aportar cosas, para crear nuevos productos en forma de servicios. Todo el concepto creado alrededor de Next (plataforma de servicios) es un ejemplo que nos posiciona a la vanguardia sobre todo en nuestra oferta a los talleres”.
De hecho, Repuestos Plasencia está muy bien considerado desde la dirección de Serca por su predisposición a seguir los desarrollos del grupo, en el que cada vez importa más el compromiso de sus socios: “Nos aprecian y estamos siempre dispuestos a colaborar”, explicaba el porqué Agapito Díaz, mientras que su yerno concretaba: “Porque cuando nos piden que colaboremos en cualquier iniciativa o proyecto nosotros lo hacemos inmediatamente”.
Además no se olvida Pepe Mateos de lo que supone el contacto con socios muy diferentes: “Porque lo que por un lado puede ser un problema, ser socios de tamaños tan distintos, para nosotros es una oportunidad, porque si no estuviéramos en Serca, donde hay negocios mucho más grandes que nosotros, no podríamos tratar de tú a tú con gente con tanta diferencia de volumen que lo más lógico es que fuéramos sus clientes. ¿Que qué hemos aprendido de ellos? Pues hemos aprendido de su experiencia, de su manera de hacer las cosas… y a no quejarnos tanto, porque no sólo no sirve de nada sino que impide centrar todas tus energías en desarrollarte”.
Las personas, clave
El traslado a las actuales instalaciones fue el siguiente e inmediato punto de inflexión en la historia de este recambista extremeño: “Pasamos de 500 a 1.500 metros, en primera línea de carretera (cuando estábamos más escondidos), acabábamos de incorporarnos a Serca… Fue una decisión muy importante”.
Y lo fue porque aprovecharon el momento para darle un espaldarazo definitivo al negocio. Pero que fuera posible tuvo mucho que ver con la manera de hacer las cosas en Repuestos Plasencia: “Nuestro fuerte son sobre todo las personas, la relación que tenemos con los clientes y el servicio que damos”. También hoy: “Es posible que todo el mundo diga lo mismo, pero hay quienes prefieren un buen sistema informático, aunque les cueste un dineral, y poner detrás a alguien sin conocimiento, y no es nuestro caso. Puede que cambiemos de idea según evolucione todo, pero de momento preferimos invertir en personas”, cuenta Pepe Mateos. Para Agapito Díaz, ahora es especialmente necesario: “En el momento en el que estamos, con dificultad de suministros, si no tienes gente que sepa buscar… Tener buenos profesionales es una base muy importante para nosotros”.
Situados en una región como es Extremadura, de gran extensión pero poco poblada, Repuestos Plasencia se centra en cubrir todo el norte de la provincia de Cáceres: “Esa es nuestra zona, y lo hacemos bien; llegamos a todas partes. Tenemos establecidas cuatro rutas (que serán pronto cinco) todos los días por la mañana y cuatro comerciales que salen a visitar”. Tienen más de un centenar de talleres a los que sirven, algo más de la mitad como proveedor principal. Pero no viven sólo del taller, aunque es, claro, su principal cliente: “Para nosotros tiene mucha importancia lo que vendemos en mostrador. En Plasencia colaboramos en todo lo que podemos colaborar, eventos deportivos y diferentes actividades, y la gente viene a comprar accesorios, cosas que se hagan ellos…”.
De hecho presumen de “la consideración que se nos tiene en nuestra zona, porque somos gente de palabra, que no engañamos a nadie”, señala Pepe Mateos: “Otros han venido, pero somos líderes en el norte de Extremadura y eso es por nuestra gente”. Esmeralda Díaz, como responsable de Recursos Humanos, incide en ese aspecto: “Lo que mejor tenemos es que en la empresa somos todos como una familia”.
Y es que, como dice Agapito Díaz, “probablemente lo mejor que he hecho es haber sabido rodearme de gente buena, porque uno ni sabe de todo ni puede estar pendiente de todo”.
Savia nueva
“La incorporación de Pepe y Esmeralda” era, según el fundador, el tercer momento fundamental en la trayectoria de Repuestos Plasencia: “Cuando mi socio se jubiló comencé a pensar en que la empresa iba a necesitar una sucesión, que a mí también me tocaría hacerlo. Y coincidiendo con la salida de un comercial, que era familia de mi socio, me fui a ver a mi otro hijo, periodista que ahora trabaja en la ONU, aunque sabía, como así fue, que no le iba a interesar. Así que me dirigí a Toledo, que era donde vivían, para hacerle el planteamiento a mi yerno y a mi hija. Les dije que se lo pensaran… y no había yo llegado a Plasencia cuando me dijeron que se venían”.
Juan José Mateos, ingeniero técnico forestal, trabajaba para la empresa pública, “expropiando terrenos para hacer carreteras, un trabajo incómodo la verdad”, y Esmeralda Díaz era educadora infantil. No les costó tomar la decisión: “No fueron las condiciones económicas, no se trataba de eso, sino hacerlo por la familia, por la importancia que tenía darle continuidad al negocio y trabajar en algo que te toca de cerca. Lo demás se puede aprender, y de hecho empecé repartiendo, aunque enseguida pasé a comercial”, cuenta Pepe Mateos. La hija lo tuvo aún más claro: “Mi padre necesitaba a Pepe como comercial y yo me fui con él. La familia era lo primero”. De hecho tardaría seis meses más en incorporarse a la empresa que su marido. Era 2012. Esmeralda Díaz cree, de hecho, que ha sido lo mejor que podía hacer: “Estaba nervioso por jubilarse y que la empresa quedara en manos ajenas. Creo que más que la cuestión económica le importaba tener a alguien que siguiera con el sueño suyo. Y esa estabilidad personal y familiar es lo que aportábamos con nuestra decisión”.
Hay quien piensa que el verdadero punto de inflexión fue primero la jubilación del socio y su posterior decisión de venderle su parte a Agapito Díaz, por la libertad de acción que le concedió: “La verdad es que él se fue desvinculando, hasta que se decidió que me quedara con la empresa”. Un hecho que abrió la posibilidad de delegar parte del mando de Repuestos Plasencia en yerno e hija: “A raíz de que la empresa fuera sólo mía les pude dar poderes, y por tanto la posibilidad de decidir. Es entonces, 2018, cuando empiezan a asumir la responsabilidad de dirigir el negocio”. Pepe Mateos tenía su propia percepción: “Estuve cinco o seis años de comercial, y empecé primero a hablar con un proveedor, luego con dos; de repente hablaba con todos y terminé por hacerme cargo de las compras… Quiero decir que fue produciéndose de una forma natural. Lo fundamental es que nunca me dijo que lo que yo iba haciendo no valía, sino que si yo tomaba una decisión me apoyaba y punto. Y así sigue siendo”.
“¿Que igual eso lo he hecho bien también? Pues creo que sí. Lo que hice fue decirme que el futuro de la empresa pasaba por sus manos, aunque es complicado apartarse del todo”. De hecho sigue yendo a trabajar todas las mañanas: “Llevo temas de bancos, de contabilidad, pagos, superviso, ayudo en lo que se pueda… y entre los dos hacemos uno y medio”.
Esmeralda Díaz expresa su parecer: “Es complicado porque además lo habitual es que sea el hijo el sucesor, pero, aunque no son padre e hijo, trabajando, salvando las distancias de la tecnología, se parecen mucho más de lo que creen”.
El caso es que su incorporación supuso otro salto cualitativo importante: “Yo creo que he aportado”, destaca Pepe Mateos, “un poco de dinamismo a la empresa, otra manera de hacer las cosas. Había muy poca digitalización, muy poco conocimiento tecnológico, y una vez que entro le empezamos a dar la vuelta, porque ese es el camino”. Reconoce que aún les falta: “Estamos en ello, queda mucho por avanzar, sobre todo en temas de almacén, pero sí hemos mejorado ya muchos aspectos que nos ayudan tanto a ser más eficientes con nuestro servicio como a tomar decisiones con el criterio de los datos y no sólo con el de las sensaciones”.
El futuro
Cuando a la familia que gestiona Repuestos Plasencia se le pregunta por el futuro, inmediatamente destaca como un aspecto clave para afrontarlo haber empezado a trabajar con el equipo de Antonio Sánchez Migallón, consultor habitual de varios socios de Serca: “Fue a finales de 2019 y su aportación está siendo muy importante. Son profesionales que nos están orientando, enseñando otra manera de hacer las cosas, ayudándonos a gestionar ese futuro”.
En cualquier caso están atentos pero no especialmente inquietos: “Hay que estar pendientes de los cambios, pero ya decían hace diez años que iba a ser la locura y no lo ha sido. Llegarán en algún momento, pero como primero dan la noticia sin tenerlo preparado, pues la gente sigue a lo suyo”. Y a lo dicho por su yerno, Agapito Díaz le añadía su propia visión: “Las cosas no van tan deprisa como se anuncian. Pero ya estamos yendo hacia el futuro aplicando nuevas tecnologías y preparándonos para competir, tenemos tiempo de adaptarnos”.
No descartan acabar consolidándose: “No sabemos si va a quedar hueco para los actores pequeños como nosotros o habrá que agruparse más de lo que estamos agrupados, porque ahora mismo estamos en grupo pero no agrupados, cada uno hace y deshace… Lo que está claro es que ya hay mucho movimiento en ese sentido, y si esa es la evolución… estaríamos dispuestos a escuchar y evaluar esa posibilidad”.
Pero mientras llega el momento en que tengan que planteárselo, siguen haciendo…: “Nuestro objetivo no es abrir más puntos de venta pero sí consolidarnos en nuestro área de influencia, llegando más lejos con nuevas rutas. Además queremos trabajar mejor la red de talleres (cuentan con tres SPG, dos Nexus y una docena de Profesional Plus), para lo que hemos incorporado una persona, que también promocionará nuestra oferta informática”.
Y es que tienen motivos para estar optimistas: “Hemos hecho una encuesta externa entre nuestros clientes, dentro de un plan de trabajo para conocer su experiencia con nosotros, sobre distintos apartados (mostrador, comerciales, reparto, empresa…) y nos han valorado por encima de lo que pensábamos, porque a nosotros sólo nos llegan sus quejas, así que nos hemos llevado una alegría”. Pepe Mateos lo ve como una motivación: “Pero el que nos valoren muy bien no quiere decir que vayamos a relajarnos, tenemos que hacer las cosas todavía mejor”.
Cómo son ellos
“Lo mayor virtud de mi padre es que siempre ha sido un hombre discreto que ha sabido estar, lo que le ha permitido llevarse bien con la gente, porque es de los que escucha, dispuesto siempre a aprender. Y ha sido el primero en llegar y el último en irse de todos los sitios, porque él es así, y así es como los demás vamos cogiendo las riendas, intentando hacerlo como él”, decía de Agapito Díaz su hija Esmeralda, responsable de Recursos Humanos en Repuestos Plasencia. Su yerno, Pepe Mateos, era de similar parecer: “Lo más importante es el ejemplo que da en el trabajo. Un detalle es que nunca dice ‘mi trabajador’ sino ‘mi compañero’, que es un dato muy significativo de cómo es”.
Sobre Esmeralda Díaz coinciden padre y marido: “Es muy responsable y muy cercana. Tiene empatía con las personas, se maneja muy bien con la gente…”.
De Juan José, ‘Pepe’, Mateos, actual gerente de la empresa, su mujer destaca “que es muy organizado y tiene las cosas claras. Sabe dónde tiene que llegar, en su cabeza lo tiene todo ordenado”. Para su suegro Agapito lo mejor de su yerno “es que es muy claro, organizado y tiene conocimientos que yo no tengo, lo que ha hecho que nos hayamos compaginado muy bien”.
Tener al yerno al frente de la empresa no deja de ser un asunto delicado: “Lo hemos hablado en casa. ¿Y si nos separamos?”, contaba Esmeralda Díaz. “Habría que separar conceptos, porque yo querría seguir contando con él”, apuntaba Agapito Díaz. Y la hija reconocía que ella no podría asumir la dirección: “Me falta el impulso que tienen ellos, el carácter necesario para dirigir el negocio. Dirigir personas, sí, pero el negocio como tal, no”.