«Sin duda la crisis, que dura ya cinco largos años está suponiendo un duro golpe para los talleres que deben hacer frente a una importante caída de las ventas de automóviles y al envejecimiento progresivo del parque, dos factores que, sin duda, están condicionando los pasos y las operaciones. Y es que en los últimos cuatro años su actividad cayó un 19% y sólo el pasado año lo hizo en un 5,6%».
«No podemos consentir que siga habiendo talleres ilegales, centros clandestinos que al calor de la crisis se mantengan impunes en perjuicio de aquellos que cumplen con todas las normativas y garantizan la calidad de las reparaciones. Unas reparaciones, recordémoslo, que son fundamentales para garantizar la seguridad de nuestras carreteras». Puedes leerlo completo aquí.