Encabezo esta entrega de ‘Con el pelo rosa’ con una foto en la playa de la Barceloneta. Un hecho probablemente inevitable sobre todo teniendo en cuenta que en mi último post prometí traer noticias frescas del trigésimo segundo congreso anual de Ancera que se celebró, como todos ustedes saben, en Barcelona. Y Barcelona tiene muchas cosas y el mar es una de ellas…
Qué les voy a contar. Este no sólo fue el último congreso de Miguel Ángel Cuerno (Ancera) como presidente… Tampoco fue sólo el segundo congreso internacional de la patronal o el primero en contar con un comité ejecutivo de catorce miembros. También fue el primero para la periodista y la ocasión merece que les narre mis peripecias al detalle…
Qué les voy a contar. Este no sólo fue el último congreso de Miguel Ángel Cuerno (Ancera) como presidente… Tampoco fue sólo el segundo congreso internacional de la patronal o el primero en contar con un comité ejecutivo de catorce miembros. También fue el primero para la periodista y la ocasión merece que les narre mis peripecias al detalle…
Todo comenzó la noche anterior, cuando hice la maleta para reunirme al día siguiente con gran parte de la familia AUTOPOS en la estación de Atocha. Concretamente con MAP, Carlos G. Pozo, Esther G. del Río y, por supuesto, con nuestro fotógrafo Piero Schiavo. Les confieso que, como no sabía qué esperar del congreso, a punto estuve de echar el bote de tinte en la maleta no fuera ser que el rosa se me tornase blanco del estrés y no pudiese solventarlo por encontrarme en la Ciudad Condal. Que la reputación le precede a una y el rosa hay que mantenerlo, oiga.
El viaje fue en AVE, sin complicaciones, y ya en el tren nos encontramos con alguna cara conocida como Bruno Padierna (Dayco). Les confieso que nos lo pasamos bomba. Hasta liamos a Padierna para que se metiese en la piel de Schiavo y nos hiciera una foto a todos juntos.
Llegamos a Barcelona y dejamos las maletas en el Hotel AC Som. Mi inseparable compi Esther G. del Río y yo hicimos un visita exprés a la playa para ver el mar antes del congreso y después pusimos rumbo al Hesperia Tower.
Y llegó el ‘momento acreditaciones’… no sin antes toparnos con personal del hotel que nos obstaculiza el paso y nos pregunta… “¿Qué desean, señoritas?”. “Es el pelo seguro”, pienso. Porque claro, pensándolo bien, no es muy habitual ver a una pelirrosa en Ancera… Aquello unido a que en un par de ocasiones me confundieron con una turista dando por hecho que no hablaba español… pues me dio para reír un buen rato, no les voy a mentir.
Y ahí estaba yo: dando la impresión de turista pero disfrutando del congreso a tope. Porque debo reconocer que, en mi opinión, aunque tuvo sus cosas y algunas cuestiones se podían limar, como la climatización -no sé si recordarán lo frío que estaba el auditorio- o la falta de enchufes para los periodistas, el congreso y la organización dieron la talla, tanto en cuanto al evento como a la cena se refiere. Y además intentaron paliar las carencias como buenamente pudieron. Por ejemplo, si bien es cierto que no había enchufes, Ancera se encargó de proporcionar rápidamente un ladrón eléctrico a AUTOPOS, lo cual se agradece.
En cuanto a los temas que se debatieron… Pues no puedo más que emplazarles a leer nuestra edición especial, ya que ahí encontrarán toda la información que hemos publicado al respecto hasta el momento. Y la que publicaremos en adelante.
Y hablando de noticias frescas… Si no lo saben ya, la siguiente edición será en Córdoba, el 4 de junio de 2020. Lo que todavía es secreto de estado es quién sucederá a Cuerno en la presidencia. Se abren las apuestas…
