La rentabilidad de los concesionarios sigue en caída libre. Según los datos de Snap-on Business Solutions, el beneficio de estos negocios se ha situado en el 0,66% en el primer trimestre del año, muy lejos del 1,58% con el que cerró 2023 (que ya fue seis décimas menos que en 2022). La facturación cae y los gastos aumentan, lo que ha provocado que el número de concesionarios en pérdidas haya aumentado del 19,6% a finales de 2023 hasta el 36% actual.
Ningún departamento se libra de esta caída de la rentabilidad, provocada, según la consultora, por las “reducciones de márgenes por el esfuerzo comercial y por los gastos que no dejan de crecer, especialmente en aspectos relacionados con la adquisición y fidelización de clientes”. Así, las ventas de vehículos nuevos suponen el 64% de la facturación y el 36% del resultado, con una rentabilidad de apenas el 2,8% (era del 3,7% en el primer trimestre de 2023).
Por su parte, los vehículos de ocasión representan casi el 19% de los ingresos y el 12% de los beneficios, con una rentabilidad que cae en un año del 5,1% al 3,3%. En consecuecia, las ventas de vehículos en su conjunto han perdido más de un punto de rentabilidad, pasando del 4% en el primer trimestre de 2023 al 2,9% en el mismo periodo de este año.
La posventa, el salvavidas
En este contexto, la posventa se ha convertido en el verdadero salvavidas para muchos concesionarios. Su facturación apenas es del 16% del total (5,4% del taller y 10,4% del área de recambios), pero su contribución a los beneficios es del 51,4% (15,4% procedente del taller y 36% del recambio). O lo que es lo mismo: el concesionario gana más por la posventa que por la venta de coches nuevos, aunque este apartado también ha sufrido un incremento en los gastos que ha perjudicado su rentabilidad.
La posventa oficial en su conjunto presenta una rentabilidad bastante aceptable, del 15,5%, aunque era del 17,2% hace un año. En cualquier caso, buen dato, que explica por qué los servicios oficiales están apostando por esta línea de negocio con un mayor número de contratos de mantenimiento asociados a la venta del vehículo (y también con promociones encaminadas a ‘robar’ clientes a los talleres independientes).
Este descenso de la rentabilidad, de en torno a dos puntos, es casi lineal en todos los departamentos que forman la posventa debido al incremento de estos costes generales: la rentabilidad del recambio ha caído del 17% al 15,7%, mientras que la del taller ha pasado del 17,8% al 15,6%. Si ponemos el foco específicamente en el área de chapa y pintura, aquí la rentabilidad presenta datos peores (del -2,7%), pasando en un año del 16,4% al 13,7% (es el departamento menos rentable).
