CLEPA y McKinsey & Company acaban de publicar una nueva oleada de su estudio semestral sobre la situación de los proveedores de automoción. La encuesta, realizada a más de 130 empresas europeas, permite obtener una perspectiva completa sobre el clima empresarial, las tendencias, los retos actuales y las oportunidades del sector. Y la incertidumbre se mantiene: el 42% de las empresas se muestran negativas respecto a la evolución del sector y el 65% de ellas, dos de cada tres, esperan que los beneficios sigan siendo bajos.
Si algo pone de manifiesto el estudio es que se vive un clima de deterioro de la confianza empresarial en el sector, principalmente por la incertidumbre que rodea a los nuevos proyectos y a la demanda de vehículos eléctricos en Europa y por la presión de los fabricantes de vehículos (OEM) para recortar costes, sin olvidar otro motivo que gana peso en cada estudio como es la pérdida de competitividad de la Unión Europea frente a otras regiones como Estados Unidos o China.
Como consecuencia, el 25% de los proveedores prevé operar en 2024 con niveles de rentabilidad marginales o negativos, mientras que sólo el 37% espera una rentabilidad superior al 5%. Asimismo, mientras que el 47% de los proveedores espera un aumento de los ingresos en 2024, el 31% prevé un descenso.
El reto del OEM
El recorte de costes por parte de los fabricantes de vehículos es una de las principales preocupaciones de los proveedores con presencia en primer equipo. Pero no sólo. Y es que el OEM también presenta otros desafíos importantes: el 74% señala las insuficientes compensaciones de los fabricantes como el reto operativo más acuciante, seguido de la reducción de la demanda (52%), las interrupciones en la cadena de suministro (24%) y el traslado de los proveedores a otras industrias (20%).
La encuesta también destaca otros retos estratégicos, entre ellos la disminución de la competitividad de la UE debido a los elevados costes de producción (54%) y la implantación más rápida de la tecnología en otras regiones (39%). Además, las previsiones apuntan a un crecimiento modesto del negocio en China: sólo el 31% de los proveedores espera obtener una cuota sustancial del negocio futuro en este mercado.
Como consecuencia, los proveedores están intensificando la asignación de recursos a I+D y producción, al mismo tiempo que intentan racionalizar la mejora de la eficiencia. Así, el 58% de los encuestados considera que la optimización del diseño de materiales y componentes es clave para lograr una estructura de costes optimizada, mientras que el 54% subraya la importancia de mejorar la eficiencia en la fabricación.
Otras preocupaciones
Más allá de las principales preocupaciones -caída de la demanda, recortes por parte de los fabricantes de vehículos o pérdida de competitividad de Europa-, los proveedores también señalan, aunque en menor medida, otros obstáculos para la industria, como la dificultad para aplicar los requisitos de los fabricantes de equipos originales (señalado por el 24% de los encuestados) y el cumplimiento de los objetivos de emisiones (22%).
Sin embargo, y profundizando en la sostenibilidad, los objetivos de reducción de CO2 son un reto importante para el sector en su conjunto, ya que el 52% de las empresas considera que los cambios necesarios en la cadena de suministro y en la producción son el desafío más relevante en estos momentos.
La encuesta también ha revelado que la necesidad de contratar y desarrollar talentos cualificados, incluidos los ingenieros de software, es otra de las mayores preocupaciones de los proveedores. Dos tercios de los proveedores están recualificando su mano de obra o tienen previsto hacerlo, lo que indica una respuesta proactiva al reto del talento.
