Poco después de haberse reunido hoy mismo su Junta Directiva, Sernauto presentaba este mediodía los datos del sector de proveedores de automoción en 2023 y las previsiones para 2024. Lo harían ante la prensa su presidente, Francisco J. Riberas, y su director general, José Portilla, en la sede de la asociación.
Los datos que aportaban, aunque “no son malos, teniendo en cuenta que las cifras están en positivo”, decía Portilla, sí que representan un crecimiento menor en el sector que el año anterior. Al efecto de la inflación, que lleva oprimiendo la economía durante los últimos años, se le suman los cambios en las inversiones -algunas saliendo de España-, los márgenes estrechos de las empresas o los problemas de financiación que están perjudicando a muchas PYMES, algo que Portilla además reconocía estar preocupando a la asociación y estar generando cierto clima de incertidumbre que frena el crecimiento de las cifras del sector.
Los proveedores facturaron un total de 41.529 millones de euros, una cifra que, si bien bate récords -los proveedores nunca había superado los 40.000 millones de euros de facturación- y es un 10,3% superior a lo que se facturó en 2022, deja un sabor agridulce al estar incidida por la inflación. “Los volúmenes de producción siguen siendo bajos, el sector está trabajando con márgenes ajustadísimos”, recalcaba Portilla. Y en estas palabras ponía especial acento por los grandes retos que se plantean.
Riberas también mostraba preocupación por el contexto que vive el sector: “Estamos afrontando una transformación sin precedentes, lo que conlleva fuertes inversiones. Tenemos que ser capaces de atraer nuevos proyectos a nuestro país que nos permita amortizarlas y seguir siendo competitivos. Esta situación supone un reto aún mayor para las PYMES, que actualmente están encontrando dificultades de financiación”. Y en esta línea continuaba aportando datos Portilla.
Inversión “irrelevante”
Explicaba que ninguna de las plantas de fabricación de vehículos en España es de capital español y que estas empresas valoran especialmente la competitividad de un país para mantener sus plantas en él. Este valor, en el caso de España, matizaba que podría ser su diferenciación tecnológica a través de la inversión en I+D. Sin embargo, esta, aunque en 2023 fue casi tres veces superior a la media industrial española, representó “cifras irrelevantes”: un 3,1% sobre la facturación, alcanzando un total de 1.271 millones de euros, un dato que desde Sernauto reconocen, se ha estancado en los últimos años.
Lo mismo ocurrió en el caso de las capacidades productivas: aunque en ellas se invirtieron 1.670 millones de euros, un 10% más que en 2022, el ritmo de crecimiento fue menor al de años anteriores.
Portilla intentaba explicar las razones de que esto esté sucediendo: por un lado, apuntaba que podrían estarse haciendo inversiones productivas fuera de España -en este sentido apostaba por una Estrategia País que atraiga inversiones y fomente en España la puesta en marcha de proyectos innovadores para evitar la pérdida de autonomía y competitividad-; y por otro, señalaba que la incertidumbre económica en España, unida a los bajos volúmenes, los márgenes reducidos y el difícil acceso a la financiación para invertir en producción -algo que les preocupa especialmente en el caso de las PYMES- podría estar remando en contra de las inversiones productivas o en I+D de muchas empresas.
Más empleo
En cuanto al empleo, en 2023 las empresas del sector, señalaba Portilla, mostraron su “compromiso con la ocupación y la riqueza en España” -dieron trabajo a un total de 332.550 personas directa e indirectamente y el empleo directo aumentó un 0,8%, hasta las 204.650 personas-. En esta idea incidía Riberas: “Teniendo en cuenta los niveles de producción de vehículos a nivel mundial, las circunstancias vividas los últimos años y la incertidumbre imperante, el hecho de seguir
manteniendo las cifras de empleo demuestra el compromiso del sector con el talento”.
No obstante, Portilla animaba a no perder de vista la evolución del sector por el contexto que vive, con bajos volúmenes, márgenes reducidos y el difícil acceso a la financiación.
Otro de los datos aportados por Sernauto mostraban el evidente peso que hoy tienen las exportaciones y el comercio exterior para la industria española de proveedores de automoción. Tras haber crecido un 10,9% respecto a 2022, estas cifras también batieron récord al alcanzar los 25.140 millones de euros, que es el 60% de lo que factura el sector.
Por su parte, el mercado nacional se anotó 16.389 millones de euros, de los cuales la mayor parte, 10.094 millones, correspondió al suministro de equipos y componentes a los fabricantes de vehículos -un 10,8% más que el año anterior-. La otra, de 6.295 millones de euros, perteneció al mercado de recambios y representó unas cifras un 6,9% mayores que en 2022.
¿Y para 2024?
Y para finalizar el encuentro, las previsiones para 2024… poco halagüeñas, por cierto, en cuanto a facturación. Y es que la incertidumbre es tal que la Junta Directiva de Sernauto estima que en 2024 esta crecerá alrededor de un 3% frente a 2023 -un crecimiento bastante más reducido que el de años anteriores por los bajos márgenes y volúmenes de producción, además de la incertidumbre del mercado-. Mientras, prevén que la necesidad de contar con profesionales cada vez más digitales, a pesar de la situación de incertidumbre, hará que los niveles de empleo se mantengan e incluso crezcan ligeramente: Sernauto estima que lo harán en un 1% este año.
Comprometidos…
Portilla aseguraba que Sernauto se mantendría firme con sus compromisos: retener el talento y el empleo en el sector; conseguir apoyo fiscal -de Europa o de los presupuestos generales del Estado- para que las empresas puedan invertir en I+D y adaptar sus procesos productivos hacia el vehículo electrificado y la reducción de emisiones en sus plantas propias; potenciar la FP dual y conectar los ciclos formativos con las universidades; simplificar los procesos administrativos para ganar agilidad “porque estamos yendo despacio en muchas cuestiones y nos jugamos mucho”.
También prestarán atención a cómo se conforma el Parlamento Europeo tras las próximas elecciones, por la relevancia que ello tendrá en los próximos años en el tratamiento que se le dará a la industria y en la manera en que se adoptarán las medidas que piden “para apoyar la oferta, que es la industria, y no sólo la demanda”.
