“A nosotros nos gusta mucho salir a la calle, escuchar a los talleres. En una de tantas visitas, vimos que existía un problema de calidad con los guardabarros IAM hasta el punto de que si no eran de origen algunos talleres no los ponían…”. Y vieron la oportunidad, porque hasta ese momento era una familia de producto en la que Phira no tenía presencia: “Y vimos que podíamos hacerlo con una calidad que garantizara que no habría problemas”. Así que lo hicieron: “Hoy hay talleres que, con esta gama, directamente dicen: ‘Si no es Phira no me lo traigas”. La apuesta que viene realizando el fabricante español por su familia de guardabarros es digna de conocer, porque responde a una oportunidad también para todos los talleres…

Porque todos los profesionales de la carrocería conocen Phira, pero para la amplia mayoría de ellos al nombre del proveedor español suele acompañar su tradicional apellido: ‘Los de los paragolpes’. Sin embargo, hoy son mucho más que eso, convertidos ya en un proveedor integral en el recambio de golpes delanteros y traseros -2.100 referencias en total, siendo el 76% de su facturación relativa a sus moldes propios ‘made in Spain’-, con especial foco en algunas gamas de lo más interesantes que han ido naciendo durante los últimos años.

En este punto es donde destacan sus guardabarros, un lanzamiento que complementa a la perfección su oferta y que además no será el último, ya que tienen en ciernes la introducción también de sus protectores de motor: una familia en la que han podido observar la misma oportunidad que en la gama que protagoniza este reportaje.

Calidad

Pero hablemos de sus guardabarros, porque son una interesante opción ya disponible para los talleres. “Con los guardabarros había un problema grande con la calidad y se había generado mucho descontento con la oferta IAM. Había talleres que directamente descartaban montar recambio independiente”. Lo cuenta Enrique Lastra Boniquet -tercera generación de la familia fundadora de la empresa-, responsable de Calidad de Phira: “Fue por tanto ahí donde pusimos el foco”.

El objetivo primordial era cubrir el espacio con un producto de calidad: “Fabricamos nuestros guardabarros igual que los paragolpes, con el mismo material, que es idéntico al de origen, y con el mismo proceso productivo: mediante la inyección de plástico en unos moldes que en la mayor parte de los casos nosotros mismos desarrollamos”.

“Con los guardabarros había un problema grande con la calidad y se había generado mucho descontento con la oferta IAM. Había talleres que directamente descartaban montar recambio independiente. Fue por tanto ahí donde nosotros pusimos el foco”.

En eso se diferencian: “En otros casos los guardabarros se producen por medio del termoconformado, que no deja de ser una plancha que deforma un plástico bajo presión para generar una determinada forma. Pero de ese modo no se consigue un producto con elasticidad, flexibilidad y resistencia adecuada. De esa forma los guardabarros son demasiado rígidos, por lo que el profesional se encuentra con muchos problemas durante el proceso de montaje. Son productos que además se rompen con mucha mayor facilidad en caso de recibir un leve impacto”.

“Fabricamos nuestros guardabarros igual que los paragolpes, con el mismo material, que es idéntico al de origen, y con el mismo proceso productivo: mediante la inyección de plástico en unos moldes que en la mayor parte de los casos nosotros mismos desarrollamos”.

Confianza

Pero como las cosas hay que demostrarlas, lo que Phira hace es auditar toda su gama de guardabarros con el certificado de Centro Zaragoza, “que es el único completamente independiente, que evalúa no sólo las propiedades del material sino que además el taller podrá montarlo exactamente igual que su pieza homóloga OE”.

Y es que para el fabricante español es importante este punto: “Llevamos muchos años luchando por la imagen del recambio IAM de carrocería. Porque no todos somos iguales y nosotros cuidamos mucho la calidad de nuestros productos. La prioridad es que no ofrezca absolutamente ningún problema al taller: que sea idéntico al original”.

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Tan convencidos están de ello que son el único fabricante IAM de carrocería -y podría decirse que de los muy pocos que lo hacen en cualquier familia de producto de la posventaque en caso de recibir una garantía por fallo de fabricación no sólo atienden como es debido la devolución del producto, sino que afrontan también el coste de la mano de obra del taller: “La carrocería es una familia compleja: sabemos que para el taller implica muchas horas de trabajo porque intervienen muchos procesos desde que la pieza es montada hasta que sale por la puerta perfectamente terminada. Están en juego muchas horas de trabajo, lo sabemos. Si un coche vuelve por un problema con una pieza puede que tengas que sacar de nuevo toda la pintura, volver a imprimarlo, volver a gastar material… Nuestra tasa de incidencias por garantía es mucho menor al 1%, pero si pasa, lo que queremos es ofrecer soluciones. Queremos que el taller sepa que puede trabajar con absoluta confianza con nuestros productos. Siempre vamos a responder”.

Una gama de guardabarros que cuenta con una cobertura muy amplia, alcanzando actualmente los 80 modelos de vehículos, a los que se sumarán veinte más muy pronto, y que además de contar con el sello CZ tiene otra sensible diferencia respecto a sus competidores en el mercado.

Lo cuenta el propio Enrique Lastra: “Todos nuestros guardabarros llegan al taller con cada uno de los elementos necesarios para su instalación: las grapas y los soportes, así como con las espumas insonorizantes en caso de que en origen también las lleve”.

“Todos nuestros guardabarros llegan al taller con cada uno de los elementos necesarios para su instalación: las grapasy los soportes, así como con las espumas insonorizantes en caso de que en origen también las lleve”.

Esto último es especialmente reseñable: “Porque hay algún proveedor que fabrica determinadas referencias con esta espuma, pero no hay ninguno más que lo haga de forma global en toda su gama. En nuestro caso, si la referencia OE viene con esta espuma, nosotros la fabricamos con esa espuma”.

En algún modelo concreto, para ofrecer aún mayores alternativas al taller, lo que hacen es desdoblar su gama: “Hay referencias en las que la competencia es muy agresiva en precio, precisamente porque no incorporan todos estos elementos. En esos casos, lo que hacemos es duplicar la producción para ofrecer las dos opciones al taller: el guardabarros con todo el kit completo, espuma incluida; o ese mismo producto, pero sin espuma insonorizante. Siempre, eso sí, con la máxima calidad”.

Una gama con la que pretenden ofrecer alternativas al taller, siempre mirando por su rentabilidad: “Intentamos, como es evidente, ofrecer un producto con un PVP inferior al recambio de origen. En torno a un 20% respecto a OE. Sin embargo, aunque la masa monetaria total del recambio es menor, cuidamos los descuentos para que trabajar con nuestros productos sea rentable para el taller”.

El parque envejece, supera los trece años ya de media, y las compañías miran cada vez más al recambio IAM. Lo que ofrece Phira es calidad y rentabilidad, que no es poca cosa…

Calidad, calidad y calidad

La certificación de Centro Zaragoza no es a la carta -estudia criterios independientes, no elegidos por las propias empresas auditadas- y por ello vigila ciertos aspectos que no son visibles a simple vista por el taller cuando recibe la pieza, pero inciden en su calidad. La gama completa de guardabarros Phira cuenta con un sello que controla seis importantes aspectos.

  • Adaptabilidad: Se realiza una rigurosa verificación de ajuste preciso, continuidad de líneas y cumplimiento de tiempos de montaje. Deben ser idénticos a OE.
  • Crash test: Los componentes deben cumplir con el Reglamento nº42 sobre homologación de vehículos, que simula impactos a baja velocidad (hasta 4 km/h) para asegurar que ningún otro elemento del vehículo resulte dañado.
  • Resistencia de la materia prima: Determina la evolución del material a lo largo de la vida útil de la pieza.
  • Resistencia a baja temperatura: La fragilidad del material del que están fabricados los guardabarros aumenta a medida que desciende la temperatura. Para comprobar esto se realiza un impacto con un péndulo Izod a -10ºC.
  • Resistencia de la imprimación a los disolventes: Como por ejemplo los combustibles.
  • Adherencia de la imprimación: Se comprueba la adherencia de la imprimación, se procede al pintado del paragolpes tal y como se haría en un taller. Se realizan cortes en la pintura y con una pistola hidro limpiadora de alta presión se incide con el chorro en los cortes sin que se llegue a desprender la pintura. Después se realiza un ensayo de adherencia del recubrimiento completo

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