Wayne Griffiths, presidente de Anfac, ha participado en la última Junta Directiva de Sernauto, celebrada este jueves en Barcelona, para pedir de manera conjunta un plan de choque para la industria del automóvil ante una situación que consideran “compleja y delicada”.
Y es que ambas patronales señalan las consecuencias de una tormenta perfecta que afecta tanto a fabricantes de componentes como de vehículos. Así, a los efectos causados por la pandemia lamentan la crisis de los semiconductores –aún no resuelta-, el alza de los precios de las materias primas, las consecuencias de la invasión de Ucrania y el “desorbitado” incremento de los costes energéticos y logísticos. Todo ello genera, según ambas organizaciones, un contexto de inestabilidad e incertidumbre “sin precedentes”.
Varios objetivos
El plan de choque que solicitan ambas patronales pretende poner en valor España como segundo productor europeo de vehículos, un posicionamiento conseguido “gracias a sus fábricas de vehículos y a su extensa red de empresas proveedores de componentes de automoción”, señalan. Para mantener esta posición de privilegio a nivel internacional, Sernauto y Anfac apuestan por la relocalización de empresas, productos y servicios neutros en CO2 para “aprovechar la transformación hacia el vehículo eléctrico y la eliminación de la huella de carbono”.
Asimismo, ambas entidades abogan por una utilización “eficiente” de los fondos europeos Next Generation EU para “ganar autonomía tecnológica” y traer al país “componentes críticos como son los semiconductores o las baterías”.
Para impulsar esta relocalización de empresas, los responsables de las patronales consideran necesario contar con “mayores garantías en la disponibilidad de financiación” para fortalecer el capital circulante –particularmente para las pymes– o el incremento de las bonificaciones fiscales para proyectos de desarrollo industrial, de productos y procesos.
Renovación del parque
Al margen de las medidas de carácter industrial, Anfac y Sernauto piden al Gobierno una serie de soluciones para impulsar las matriculaciones de vehículos nuevos garantizando la neutralidad tecnológica y, de manera paralela, impulsando las ventas de vehículos electrificados. Entre ellas, la exención de la tributación en el IRPF de las subvenciones, las bonificaciones fiscales a la renovación de flotas por vehículos electrificados, o la articulación de mecanismos para un Plan Moves III más eficiente.
De manera paralela, y según se vaya incrementando la penetración del vehículo electrificado, abogan por una reforma fiscal del automóvil ligada al uso del vehículo y no a su compra.
