Benito Tesier, director general de Brembo España, acudía al plató de Buenos Días Aragón, de la televisión pública aragonesa, para analizar la situación del sector del automóvil en un momento “de profunda transformación tecnológica”. Y lo hacía en calidad de presidente del Clúster de Automoción de Aragón para poner en valor el papel de los fabricantes de componentes en este contexto de cambio: “El 75% del valor de un vehículo viene de la industria auxiliar y de la industria de componentes”.
Sobre la mesa el tema de moda, la electrificación, una tecnología que se está imponiendo, según Tesier, “por los motivos que ya sabemos” y que requiere de un equilibrio entre la descarbonización total, los tiempos del sector y la aceptación del mercado. Y ponía el contexto para explicar su postura: “Tenemos un sector que en estos momentos está viviendo una transición tecnológica profunda que probablemente se debería hacer en tiempos normales en una década, pero estamos acelerando el proceso lo máximo que podemos para hacer una transición en tres o cuatro años a una velocidad vertiginosa”.
Y todo en ello en un momento especialmente complicado para la industria europea y española por los coletazos de la crisis del coronavirus, que siguen impactando tanto en los fabricantes de vehículos y componentes como en los concesionarios: “En 2019 habíamos conseguido tener unas ventas en Europa de prácticamente 18-19 millones de vehículos. En España conseguimos en aquel año fabricar tres millones de vehículos con unas ventas que llegaron a casi 1,4 millones de coches. Después de ese momento, podemos decir que si hubiésemos diseñado una tormenta perfecta eso es precisamente lo que nos ha sobrevenido: incertidumbre por el Covid, crisis de semiconductores, tensiones de suministro, logística y de materias primas”.
En el peor momento
Hoy lo que tenemos, sin embargo, es bien distinto de aquellas cifras récord: “En Europa tenemos unas ventas de trece millones de vehículos, es decir, cinco millones menos, y en España hemos pasado de producir tres millones de vehículos a producir dos millones, y con unas ventas que rondarán este año las 800.000 unidades. La transición tecnológica en la que estamos pretende que vayamos a una descarbonización total con un vehículo 100% eléctrico, pero la realidad del mercado nos está diciendo que tenemos que ir a una velocidad inferior a la prevista”.
Una realidad -a la que se suma la inflación y los problemas de suministro derivados de la guerra de Ucrania- que exige levantar el pie del acelerador por mucho que las políticas comunitarias obliguen a lo contrario: “Hay que establecer un equilibrio entre el objetivo deseado por todos, que es la descarbonización total, los tiempos que nos marcamos y que el mercado pueda aceptar esta nueva tecnología. Porque somos capaces de dotar de unos vehículos igual de competitivos o similares a cómo eran los vehículos de combustión”, señalaba Tesier.
Y aquí también entra el coste del vehículo como un obstáculo que impide su desarrollo comercial, al menos en países como el nuestro: “Un vehículo eléctrico puro es muy difícil de conseguir por debajo de los 40.000 euros, mientras que un utilitario normal rondaría los 19.000. A esto se suma que contamos con un parque automovilístico muy envejecido, de alrededor de 12 años, y que cada vez es más contaminante”. Por no hablar de la escasez de puntos de recarga…
Poner el freno
Esta lenta respuesta por parte de los usuarios -las ventas de coches 100% eléctricos apenas superan el 3% del mercado- provoca un desfase entre la velocidad a la que avanza la industria y a la que el cliente acepta la tecnología. Esto obliga a la industria, por lo tanto, a echar el freno: “Hemos transformado la industria; en todas las plantas se producen vehículos eléctricos o híbridos, ahora nos falta que el mercado lo acepte y se vendan”.
Para ello, Tesier ve clave que las instituciones acompañen a la industria en este proceso: “Hay que seguir invirtiendo, innovando y digitalizando procesos y, para eso, es fundamental que las administraciones nos acompañen en esta transición, no sólo a nosotros, también a los fabricantes de vehículos. Hemos tenido buena respuesta del Ministerio de Industria y la ministra Reyes Maroto ya ha confirmado que habrá un segundo PERTE el año que viene, que servirá de dinamizador para transformar la industria”.
