Grupo Peña sigue trabajando en su rentabilidad, pero también se ha involucrado en la de sus talleres clientes. Prueba de ello es la nueva edición del Congreso Peña Conocimiento que el socio de Groupauto Unión Ibérica celebraba los pasados 16 y 17 de noviembre en su Forum de Córdoba.
El distribuidor sabe, así se lo han hecho saber sus clientes, el momento de incertidumbre por el que está pasando el sector de cara a cómo la electrificación influirá en sus negocios, su rentabilidad y su forma de trabajar en los próximos años. Y precisamente para orientarles en estos asuntos Grupo Peña ponía en marcha la quinta edición de su congreso Peña Conocimiento, con formaciones técnicas para los talleres vinculadas al mantenimiento y reparación de híbridos y eléctricos, así como a aprovechar las oportunidades y nuevas vías de negocio que pueden derivar de la electrificación.
Ocho fabricantes fueron los encargados de liderarlas, entre ellos Delphi, Varta, Autel, Bosch, ZF Aftermarket, Overlap, Schaeffler y Autotecnic, y 200 los talleres que las escucharon, muy atentos, por cierto. Y es que, ya de por sí el hecho de que los asistentes tuvieran que haber pagado para acceder al congreso daba pista de lo atractivo que les resultaba su contenido, aunque bastaba con darse una vuelta por las aulas para cerciorarse de ello.
Allí acudieron talleres de todo tipo: con estructura más grande y más pequeña, dueños de talleres, trabajadores e incluso varios miembros de un mismo taller en algunos casos, divididos en ocho grupos, cada uno de un color, que iban rotando por las formaciones, de una hora de duración. Aunque, eso sí, sin despegarse de sus teléfonos por si necesitaban atender alguna urgencia que pudiera surgir en sus negocios…
“El futuro no pinta tan feo”
Es la conclusión que extraen algunos de los clientes de Grupo Peña después de que Roland Berger presentara su estudio con Clepa sobre las ventajas y desventajas de la electrificación de turismos en el mercado de recambios, porque hoy solo el 1% de la flota de vehículos son eléctricos, lo que lleva a pensar que la transición hasta este tipo de vehículos será poco a poco -entre diez y quince años- y no de golpe.
Sin embargo, si bien el tren de la electrificación puede venir lleno de oportunidades, podrá dañar a los talleres que no actúen, y especialmente a los pequeños; de lo contrario, quienes empiecen a interesarse por estas nuevas tecnologías “rentabilizarán inversiones, captarán nuevas oportunidades de negocio y sobrevivirán”, señalaban desde la compañía.
Para analizar las consecuencias de la electrificación deben considerarse algunos asuntos: el parque de vehículos, que en Europa tiene 330 millones de coches, y que se espera que crezca un 1% al año hasta 2030 o 2040; que la edad media del parque español ya se sitúa en los quince años; que el kilometraje en el país es de unos 12.000 kilómetros por vehículo al año y que el gasto medio por coche en el taller será más caro por las piezas que se usarán y por los conocimientos de los profesionales en electrificación. Con ello, Roland Berger espera que el mercado de la posventa crezca entre un 1% y un 2% hasta 2030.
Los coches de combustión van para largo…
Asimismo, en 2030 se espera que dos de cada tres coches que se vendan en Europa sean eléctricos, “aunque igual España llega con retraso a esto”, matizaban, porque su porcentaje de venta de eléctrico es del 4% frente a otros países de la Unión Europea -el de Alemania y Francia se sitúa en el 12% y el de Noruega alrededor del 80%, por ejemplo-. De hecho, se espera que en 2040 la mitad del parque sea eléctrico, por lo que, aunque en 2035 se vayan a vender muchos eléctricos todavía la combustión interna tendrá gran presencia en el parque. Además, en esta fecha, el 18% del parque europeo será 100% eléctrico de más de ocho años en Europa, los más interesantes para el taller independiente.
Todo esto, indican desde Roland Berger, significa para el mercado que la electrificación ofrecerá la oportunidad de especializarse en coches eléctricos y de dar servicio único para el mercado hoy, aunque lo cierto es que no solo se van a necesitar talleres especializados. También serán necesarios los tradicionales y generalistas, pero deberán tener un nivel mínimo para trabajar en eléctricos, identificar averías y colaborar con especialistas y distribuidores.
Asimismo, se espera un potencial de mercado adicional de 6.000 a 7.000 millones de euros en ventas de piezas para 2040. Cuando pasen entre diez y doce años muchas baterías ya no cumplirán con los requisitos de autonomía, por lo que deberán buscarse alternativas, y para ello habrá soluciones de baterías de reacondicionamiento. Lo mismo pasará con las piezas electrónicas y el doble sistema de gestión térmica.
No obstante, el estudio concluye que la electrificación se presenta como un problema debido a la caída de la demanda de piezas, que se prevé que caiga hasta 2040 entre un -13% y un -17%, y el desafío técnico; pero puede ser una ventaja si los actores actúan a tiempo y aprovechan la oportunidad.
Un futuro con visión optimista
Con estos datos los talleres asistentes se quedaron más tranquilos, porque, aunque pensaban que la llegada del eléctrico iba a ser más rápida, con los datos del estudio de Roland Berger captaron el mensaje clave: todavía les queda tiempo para formarse y adaptarse a los cambios, que cuentan con el apoyo de su distribuidor para afrontarlos y que esta transición al eléctrico deben afrontarla como una oportunidad para buscar nuevas vías de negocio.
